sábado, 2 de julio de 2011

Castración en Machos: Sufriéndola en propias carnes!


    Bueno, el pasado día 24, Jazz fue castrado después de que los adiestradores a los que vamos nos lo recomendasen encarecidamente.
    La operación fue muy bien, aunque llegó a casa aún bajo los efectos de la anestesia; lo más complicado fue cuando 1 semana después hubo que quitarle los puntos (pues hubo que sedarlo de nuevo).

    Aprovechamos para explicar algo de la castración en machos:

    Básicamente, la castración en machos es la eliminación de los testículos, lo cual provoca que la producción de hormonas sexuales se interrumpa, arreglando así cualquier problema conductual que tenga una raíz hormonal. 
    La operación es bastante sencilla, sobre todo si la comparamos con la operación de castración de la hembra; aunque siempre existe un riesgo, pues hay que someter al perro a la anestesia general que se utiliza.
     Los efectos adversos de la castración serían la posible obesidad que se podría producir al cambiar el metabolismo del animal, pero que se puede atajar con ejercicio y una ración adecuada.

    Con la castración se dan también cambios conductuales, como por ejemplo la eliminación de la ansiedad sexual, y la disminución de la agresividad.


    En nuestro caso tuvimos que castrar pues Jazz tenía problemas de conducta con la presencia de hembras, llegando hasta el punto de ponerse agresivo con otros machos por cuestiones de dominancia, y después de mucho pensarlo lo hicimos.